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El lacre: uso, elaboración, formato e historia.

El lacre

El lacre es una pasta a base de colofonia, goma laca y trementina, además de bermellón u otro color mineral. Lacrar la correspondencia puede considerarse como un método muy antiguo de sellado de cartas, escritos y documentos, así como cierre de paquetes, en donde una pasta sólida que con el calor se volvía pastosa y que al enfriarse volvía a endurecerse, presenta cierta adherencia al objeto y se muestra quebradizo.

Uso

Se conoce que los primeros en utilizarlo en tierras europeas fueron los romanos, muy habitual su utilización en documentación de carácter político-militar., quienes antes del lacre, utilizaron betún para sellar manuscritos y documentos. 

Tradicionalmente, el lacre ha sido el método más antiguo utilizado para sellar correspondencia o paquetería por su adherencia y su consistencia quebradiza. Normalmente se utilizaba también para distinguir a las grandes casas a través de los sellos que se les acuñaba. Hecho a base de cera de abeja o trementina veneciana, solía tener un color rojizo, aunque se podía teñir de negro con marfil negro o de verde con verdigris.

Elaboración

Si bien las recetas exactas varían, en general los lacres pueden ser divididos en los que se manejaban antes y después de la apertura del comercio con las Indias. En la Edad Media, el lacre se hacía generalmente de cera de abejas derretida junto con trementina de Venecia, una resina de color amarillo-verdoso. Los primeros sellos de cera eran incoloros; más tarde fueron a menudo de cera teñida de rojo con cinabrio. Conforme pasó el tiempo, en el mismo siglo XVI se hizo una mezcla de diferentes proporciones de goma laca, trementina, resina, yeso o tiza y colorantes (a menudo todavía cinabrio, de color rojo, o bien, el plomo), pero no cera real.

Fueron navegantes venecianos quienes los trajeron a España desde la India, donde era utilizado para sellar manuscritos y donde probablemente se fabricó por primera vez y a su vez; desde España fue exportado a Francia, y posteriormente al resto de Europa y a América. Durante mucho tiempo recibió la denominación de «Cera de España«.

El lacre en las botellas de vino y licor

Relacionando el lacre con las botellas de vino, el Rey de España Fernando VI «El Prudente», ordenó colocar lacre con el Sello Real en el cuello de las botellas de vino, traídas principalmente de Burdeos, ya que comenzó a notar que el contenido de algunas se «evaporaba» o era reemplazado por algún otro líquido. El lacre de las botella solo se debía romper si el Rey lo ordenaba , bajo riesgo de pena de muerte. Este es el origen de la cápsula que se pone hoy en el cuello de todas las botellas de vino.

Más tarde, a las botellas de vino bueno, se les colocaba lacre derretido sobre el corcho, para evitar que entrara aire u otras sustancias y lo estropeara. Luego cada bodega estampaba sobre ese lacre, el sello de la bodega, este procedimiento fue reemplazado por el capuchón de plomo y hoy por el capuchón de plástico.

Además de botellas de vino también se usaba para conservas. Originalmente el cierre era de cera roja. Algunos usuarios, como la corona británica, asignaban colores diferentes a los distintos tipos de documentos. Hoy en día está disponible una gama de colores sintéticos. 

En las normativas de Correos del año 1934, una de las condiciones para el envío de cartas con «Valores Declarados» decía así: «…el envío habrá de hacerse bajo sobre de tele o de papel consistente, sin borde o filete de color, perfectamente cerrado, precintado y con cinco o más sellos de LACRE de buena calidad…». Es pues un elemento a tener en cuenta a la hora de estudiar la correspondencia de valores declarados, y más cuando con toda seguridad esta condición de 1934, se adoptaba en anteriores normativas.

Formato

El lacre está normalmente disponible en forma de barras, como gránulos o como cilindros para su uso en pistola. La barra se funde en un extremo, o los gránulos se calientan en una cuchara, normalmente mediante una llama, para luego colocarlo, por lo general, en la solapa de un sobre. Cuando la cera está aún blanda, se imprime con un sello, a menudo de metal, con un diseño. Al enfriarse se vuelve rígido, por lo que, al quebrarse, muestra que se ha abierto la carta o el paquete. 

Hay velas de lacre tradicionales que siguen produciéndose en Canadá, Francia, España, Italia y Escocia, con la misma receta, moldes y técnica de más de 300 años. 

El lacre sintético se utiliza industrialmente para lacrar las bocas de las botellas a modo de cápsula. Este lacre se corta fácilmente con un cuchillo y se desprende sin trocearse gracias a su flexibilidad. 

Para utilizar el lacre en pistola, simplemente se enchufa a la corriente eléctrica, se inserta el cilindro de lacre y se espera a que se caliente. Entonces con el gatillo se aplica el lacre en los documentos. El método es económico y se usa tanto para lacrados esporádicos como en serie, como pueden ser las invitaciones a una boda. 

En el mundo moderno, el sellado de cera ha traído un sinfín de aplicaciones, en la mayor parte de los casos en forma decorativa. Desde el advenimiento del sistema postal, la utilización de lacre se ha convertido más que seguridad en un fino detalle para un evento especial. Los tiempos modernos han exigido nuevos estilos y la creación de lacre sintético, lo que permite la manipulación del paquete sin afectar o romper el sello. Estas nuevas ceras son flexibles para el envío y se pueden aplicar usando una pistola de pegamento de lacre, imitaciones de lacre, o cera flexible, permitiendo darle más manejo, pero sin afectar o romper el sello. 

La mayoría de las familias de nobles europeas, así como algunas familias en América, siguen utilizando el lacre para dar cierta presencia a un documento, sello que, por lo general, es el escudo heráldico de la familia.

¿Qué te parece? ¿Harías uso del lacre en algún aspecto de tu vida cotidiana?

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